jueves, 7 de noviembre de 2013

Diálogos cotidianos

Voy creciendo. Voy aprendiendo sobre mi mismo. En este último tiempo descubrí que no me conozco tan bien como pensaba.

Siempre van pasando cosas que nos ayudan a seguir creciendo. Siempre cruzamos personas que nos enseñan a conocernos un poco más. Es cuestión de escuchar para adentro.

"Soltar". En gran parte "Soltar" es la gran respuesta de este año. Aprender a Soltar.

Así lo siento yo... Aprender a soltar. Aprender a decir no. Aprender a elegir. Salir de la comodidad y viajar a lo incierto para volver más fuerte. Recordar que las raíces son nuestro cable a tierra y que nuestras alas el camino a los sueños. Creo que este es el resumen de este año.

No te niego que me cuesta muchas veces "Soltar". Estoy contento porque por lo menos ahora veo un camino. Algo que antes no veía. Hay que encontrar un equilibrio entre las reíces que te hacen ser quien uno es y todo lo que tiene uno para crecer. Muchas veces, pensando que crecemos, nos separamos de la raíz.

*Conversación casual x WhatsApp 9:00hs. esperando en la parada del colectivo.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Búsqueda y Entrega.


El universo es perfecto. Las cosas siempre encuentran su equilibrio. Quiero que seas feliz. 
A veces, cuando me pesa un problema, intento visualizarlo como una apariencia. Lo niego. No me lo permito.
Burdamente hablando... es como que perdono la situación e intento olvidarla. Como que me suelto. Si logro soltarme siempre vienen a mi cosas geniales. De esta forma le dejo lugar a algo mejor. Muchas veces me cuesta soltar.
Un tiempo atrás pensaba como muchas otras personas. Cuando hay un vacío, una falta en el alma, uno automáticamente despliega herramientas de búsqueda. Busca, busca, busca. Busca y se enrosca. Porque simplemente ese espacio es un espacio, ese hueco es un hueco, ese vacío es vacío.
La actitud tiene que ser más que una búsqueda... debería ser una actitud de entrega. De esperar llenar esos vacíos con abundancia y prosperidad.
Hay cosas que me despiertan pensar. Comunmente me gusta pasar tiempo observando la naturaleza, tomar aunque sea mates en un parque. Me hace abrir los ojos la naturaleza en acción.
Hay palabras que la naturaleza no registra. Por ejemplo la pobreza. Uno no tiene dinero y se pone mal. Porque le agregamos un valor. Un poder al dinero cuando en realidad simplemente es un papel pintado.
La naturaleza es abundante. Hay miles de arboles... no uno. Leía que investigaban como un ave sabía donde encontrar su alimento. No buscaba. Simplemente acudía a su alimento, como si el propio universo le susurrara al oído donde ir. La naturaleza es así. Tiene eso. Es feliz.
El ser humano siempre duda de la felicidad. Y nos estancamos ahí. Yo creo que si le cuento a un pajarito mis incomodidades y malestares existenciales... seguramente me miraría raro y seguiría con su vuelo.
Aprendimos muchas cosas mal.
"El cielo en la vereda dibujando está con espuma y papel de seda del jacarandá" M. E. Walsh.

sábado, 2 de noviembre de 2013

Reflexiones en un día de lluvia

La lluvia tiene algo que me gusta... Tiene ese equilibrio entre la armonía del agua y su transparencia... y la velocidad, el hastío y la tempestad de una tormenta de cielo gris... en un mismo escenario.
Me gusta la ambivalencia que se da entre los extremos.
Es lindo mirar al cielo y ver el efecto slow de las gotas... es como si caen en otra velocidad. Con otros tiempos.
Me hace amar la vida. A pesar de los desequilibrios... siempre ella, la vida, propone desafíos geniales.


"Te sentís lleno, calmo, feliz... te dan ganas de gritar ESTOY VIVO, ESTOY FELIZ"

... Es en el momento de trance, de transición donde brota disfrutar la vida... así de una forma más existencial. Volver a la propia escentia.


De ese propio encuentro se desprende la alegría. "Viene de lo más propio de la tierra, te devuelve a la esencia, como un recordatorio"...junto a la energía que esta en todo.

domingo, 14 de abril de 2013

Nuevos nudos. Despedidas y encuentros.


"Por amor... yo me pregunto si vale la pena amar?"
Pablus Gallinacio - Hay un niño en la calle (Canción de Protesta)


Hoy tengo ganas de seguir intentando.
Cuando tenía cuatro me rodeaban los papeles lleno de los colores de mis lápices. Y sin saber también dibujaba el camino. Sin juzgar solo jugaba y nos divertíamos.
Quise cuidarte, contenerte, retenerte y jamás lo logré. La vida es lo suficientemente libre para saber decidir hasta cuando duran los sueños.
Así de despedida en despedida también se dibujan los caminos. Puedo relatar toda mi historia a través de las despedidas...
No se porqué todo eso que anhelé fue quedando en burbujas esperando ser explotadas para que vuelvan a mi... Yo pienso que las puse ahí para que no sufran el final de la despedida.
Siempre hice eso... y de ahí un miedo que siempre sentí: Todo lo que alcanza el mejor momento se esfuma.
De a poco fui trabajando para que no suceda más eso. Y aunque la muerte es inevitable tengo que intentar no evitar la vida. Y eso me da un buen margen de acción. Es cuestión de ocuparse más que de preocuparse.
A los cuatro amaba como a mis dibujos y no juzgaba... a los nueve tuve que juzgar para seguir amando. Fue un remedio para que más adelante, para no juzgar, eligiera amar. Y finalmente amé para poder olvidar y disfrutar el recuerdo.
Ahí empezó el diálogo político-filosófico... yo ahí en ese punto no lo sabía. Solo sucedía.
Dios me ayudaba. La música, ese deseo que me brotaba de pequeño empezó a dar camino justo a los nueve.
A los once ya tenía los suficientes papeles rayados y los pentagramas necesarios para elegir perdonar y ayudar ayudándome. Así que con Dios, los lápices y las notas, los bemoles y sostenidos empecé a entender un mundo político filosófico. También veía como mucha gente sentía el dolor de las pérdidas.
Loco mundo que busca la felicidad desde las propias faltas... se hace necesario para no enloquecer... acercarse a la locura de las propias faltas y comenzar a buscar.
Me acuerdo muy bien, viajé por aquel tiempo a Luján. Recuerdo tener la guitarra, algunas canciones folclóricas en un pequeño cancionero... y unos viejos en el parque junto al río ayudándome a entonar. Mis épocas en el coro, lamentablemente habían terminado pero me ayudaba a conocer otras personas que cantaban con alegría. Pero el punto es que visité la Basílica. Un cura me dió un papel. Decía: "Para vos que querés seguir a Cristo"... jaja Ayer leí la contestación que con 11 años epistolarmente le envié. Para resumir no quería ser cura. Nunca quise serlo. Pero si tenía muchas ganas de ayudar. Me sorprendió leer nuevamente esa carta que me quedó una copia. Y decía que uno puede ayudar sin ser cura. (Decía algunas cosas más que quizá en otra ocasión transcriba... jaja).
Así pase los años escuchando, aconsejando, imaginando el mundo. Emocionándome de las pequeñas cosas. Ahí aparecen los libros, el cine independiente, el humor absurdo. Decidí escribirle al Papa. De hecho envié una carta al Vaticano. Y me respondió. Cada vez veía más como el mundo se entrelazaba entre lo político (las faltas y los recursos verosímiles), lo social, lo interno (las propias faltas), lo religioso (las faltas metafísicas)...
Viví el milagro que el arte hacía en los demás. Un tango que hacía cantar a un mudo. Las palabras y los dibujos ayudaban a soportar la adolescencia.
Así crecía y se extinguía... y seguía buscando. Ya no juntaba gente para cantar, ni para dibujar, ni para leer la biblia. Empecé a juntar gente para tratar de pensar el mundo. Escribí muchas cartas adolescentes. Pocas me quedaron. Pero algunas con el tiempo regresaron a mi de alguna manera.
Hoy no se porqué tuve necesidad de oír una radio comunitaria... la sintonicé y no pude. A la tarde recibo el mensaje de un cura muy amigo, un sacerdote que me acompañó en uno de los momentos más difíciles de mi camino... estaba de regreso. Llega en el momento más crítico de mi fe. Y a la noche tengo que buscar un micrófono que tengo guardado, porque me lo pidieron.
Quiero contar sobre la radio. Ahí comenzó un universo nuevo en mi. Tendría 14 o 15 años. Veía un mundo que necesitaba curitas. Empecé a hacer un segmento en radio. El programa se llamaba como un tema de Baglietto. Canción que es parte fundamental de mi vida. Es la canción que llevo en mi maleta. Ahí conocí el mundo de las humanidades. Conocí quienes eran las Madres de Plaza de Mayo, conocí canciones que contaban la historia de un pueblo lleno de faltas que buscaban, conocí que había chicos que tenían hambre, conocí que el teatro hablaba de historias que no todos contaban.
A los nueve me regalaron mi primer cassette de León Gieco, porque me encantaba escucharlo en la casa de un amigo... y a los 14 empecé a entender que todo eso era parte de mi.
Allí, me había alejado del dibujo, de las canciones, de la religión y volvió a mí, relaciones que creía perdidas, intentar amar a una mujer, vivir la libertad de la amistad y comprender el mundo desde otro punto de vista. De allí, de ese trabajo de grupo empecé a soñar el tener una fundación o alguna institución que me permitiera cumplir el sueño de ayudar.
La radio cerró, los amigos se fueron, muchos amores fueron errados, mi familia dispersada. Casi empiezo a estudiar ingeniería en sistemas. Mi hermano enfermo, luego la enfermedad de mi viejo, fallece mi abuela... Y fue un año crítico. 
Allí apareció mi gran amor Mariam, la carrera universitaria de mi vida... Psicología.
Pasan unos años y la facultad se aleja y nace mi hijo. Con él mi camino se llena de dudas. Se alejan algunos amigos más. Mi vida maravillosa y llena de esfuerzos para subsistir y brindar lo mejor a la institución que estaba formando... la familia.
Hoy, tengo la suficiente voz para criticar a la iglesia devastada y  las psicologías gastadas. Tengo la suficiente paciencia para transitar la búsqueda de mis faltas. Y a mi, así, casi como magia, regresó el arte, la pintura, la música, los amigos, el amor, los ladrillitos de mi asociación que permita un cambio social, la familia, la sonrisa de mi hijo.
De pronto nos juntamos y todo eso convive. Hoy ya no le tengo temor al adiós. Quiero disfrutar seguir creciendo.
Creo que vale la pena amar. Caminar la paz es amar. Me animo a ver cuantos nudos de historias se seguirán entrelazando. Por ahí... sólo son nuditos (Nudos de la narración) en la vida y no se pierden... siguen allí para luego volver a encontrarlos y hacerlo parte de un nuevo nudo. Quizá sea así, solo nudos, sin principios ni final.

lunes, 24 de septiembre de 2012

Puta

Soy un poco de todo aquello que dejamos pendiente.Soy falta que quiero llenar buscando caminos...me fragmento siendo el súcubo...tus demonios, mi cielo. Santa y puta. El sol y la luna bajo el mismo cielo.El despojo de Ser que yace sobre la tierra con la mente en el aire.Danza funesta del devenir obseno y crónico.Lloro tanto como río el AMOR.

miércoles, 18 de julio de 2012

Educación obligatoria del oprimido


 En preescolar me enseñaron que podía aprender lúdicamente. Y valorar al que tengo a mi lado. Todo lo que pasara por mi alma, y se expresara mediante mi cuerpo… era arte. Y el arte me hacía feliz. Era mi creación cada forma de expresión. No me lo prohibían.
La música, los dibujos, la representación teatral era creada por el instrumento de mis manos, mis miradas, mis gestos, mis movimientos.
Hoy soy eso. Hoy debo lo que sé… sólo a esos años educativos. Sabía leer lo suficiente. Sabía contabilizar lo suficiente. Sabía comprender el mundo lo suficiente para no sufrir y seguir creciendo. De trece años de obligatoria educación… solo uno utilizo como praxis cotidiana.
Por que antes de la escolarización me enseñaron algo que luego iban a limitar y desvalorizar. Hay egresados capaces de vivir el mundo sin esas primeras enseñanzas donde no había filas que respetar, ni saludos obligatorios, ni canciones permitidas, ni historias oficiales. Hay un mundo lleno de patologías del oprimido. Un mundo lleno de actores sociales llenos de miedo a jugar
También hay muchos con ganas de ser feliz y concretar ese sueño. Y hay muchos actores sociales que quieren contagiar ese ánimo. Mis palabras son sencillas. Mis dibujos no van a ser parte de un museo. Mi voz no es la más entonada. Mi forma de actuar no me va a convertir en la estrella del espectáculo que más hablan las revistas. Mi arte me salva. Me protege. Me da medios para aceptarme y aceptar.  De crear dispositivos para un mundo sin divisiones. Un mundo que expresa y es feliz.
Recuerdo cuando me regalaron mi primer instrumento musical… recuerdo cómo antes hacía la mímica como tocándolo.  Recuerdo la alegría cuando tuve mi valijita llena de oleos y el olorcito que jamás olvido… y recuerdo como mi hijo dibujaba con un carbón sobre el suelo antes de que los grandes prendamos el fuego. Recuerdo a mi abuela enseñándome una cámara de fotos instantáneas… y me recuerdo encuadrando con mis dedos sobre el aire momentos que solo están en mi memoria.  El arte nos transforma. No necesitamos mucho.  
Solo liberar todas las opresiones y tener como meta ser feliz. Podemos hacer de la vida un arte y tener como meta un futuro con una educación más preescolar!

lunes, 4 de junio de 2012

Gomero de la India - Parque Mitre (Corrientes)
...No voy a hacerte feliz... Puedo ser feliz YO buscando la forma de hacerte sentir bien.


Este Arbol, ubicado en mi país, en la capital de Corrientes, es un Gomero de la India. Un bellisimo ejemplar, sagrado en oriente. Es maravilloso ver como sus ramas caen sobre la tierra formando un nuevo tronco y no deja de multiplicarse. Literalmente comió las rejas de hierro que lo aprisionaban. Muchos intentan llevar sus ramas para plantarlo... pero así es la manera que eligió de seguir creciendo, sin separarse del resto de sus ramas.